CONTROL AUTOMÁTICO

El control automático es una rama de la ingeniería que se ocupa del control de procesos en un estado determinado; por ejemplo, mantener la temperatura de un horno, la dirección de vuelo  de un avión o la velocidad de un carro en un valor establecido, la posición de un servomotor, el nivel de flujo de un tanque cerrado etc.

El control automático es una disciplina de la ingeniería que se encarga del diseño y análisis de sistemas que pueden controlar automáticamente procesos o sistemas físicos.

Esta tecnología ha sido fundamental en una gran variedad de aplicaciones, desde la automatización de procesos industriales hasta el control de robots y vehículos autónomos.

El objetivo principal del control automático es mantener un sistema dentro de ciertos límites de funcionamiento deseables, llamados “puntos de consigna”.

Para lograr esto, se utilizan sensores para medir variables relevantes del sistema, y se usan controladores para ajustar las entradas al sistema con el fin de mantener las variables de salida dentro de los límites deseados.

Existen diferentes tipos de controladores, que varían en complejidad y precisión. Los controladores más simples son los controladores de retroalimentación, que ajustan la entrada al sistema en función de la diferencia entre la variable medida y el punto de consigna.

Estos controladores se utilizan comúnmente en sistemas de calefacción y aire acondicionado, donde se ajusta la temperatura en función de un termostato.

Los controladores más complejos incluyen técnicas de control avanzadas, como el control predictivo y el control adaptativo.

Estos controladores utilizan modelos matemáticos del sistema para predecir su comportamiento futuro, y ajustan las entradas en función de estas predicciones.

El control automático también puede ser utilizado para mejorar la eficiencia y la seguridad de los procesos industriales.

Por ejemplo, el control automático puede ser utilizado para ajustar la velocidad de las turbinas de una central eléctrica, para que generen la cantidad exacta de energía que se necesita en cada momento.

También se puede utilizar para controlar procesos químicos complejos en la producción de alimentos y productos farmacéuticos, para garantizar la calidad y la seguridad del producto final.

En resumen, el control automático es una tecnología fundamental en la automatización de procesos y sistemas físicos.

Gracias a la utilización de diferentes tipos de controladores, es posible mantener los sistemas dentro de los límites de funcionamiento deseados, mejorando la eficiencia y la seguridad de los procesos industriales, así como la precisión y el rendimiento de los robots y vehículos autónomos.

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